domingo, 1 de febrero de 2009

Un comienzo a mitad

Hace meses que quería comenzar este blog, quizá desde que supe que iba a ser padre, quizá desde que nació Javier, seguro que desde que supe que tenía síndrome de West. Los motivos son variados y van desde la pura válvula de escape personal a dejar un diario que Javier pueda leer en unos años, pasando por mantener un registro de las ideas y ocurrencias sobre él que se nos puedan pasar por la cabeza.

Javier nació el 2 de mayo de 2008 y fue el niño más guapo del hospital (y probablemente de toda Valencia!). Nació sin problemas y creció fuerte y sin un resfriado hasta mediados de septiembre. Justo después de las vacunas (algún día comentaré sobre esto) comenzó a hacer un movimiento raro con los ojos hacia arriba que en pocos días se convirtieron en uns espasmos en los que llevaba la cabeza y extremidades hacia el tronco... no era nada normal.

Tras una visita fallida al pediatra con vídeo incluido ("son gases" nos dijo!) y una búsqueda en internet que no recomiendo a nadie, decidimos ir a urgencias, donde nos confirmaron el diagnóstico de Síndrome de West. Desde entonces hemos estado probando distintos tratamientos y dosis hasta que hace unos 10 días comenzamos con hidrocortisona y gracias a Dios parece estar funcionando.

Javier lleva 8 días sin espasmos y ha recuperado la sonrisa. Es capaz de mantenerse sentado y mantiene un buen tono motor, pero tiene un retraso cognitivo considerable. Llevamos casi 5 meses con el reloj parado que se nos han hecho eternos. Acabamos de dar un gran paso adelante, pero nos queda todo un viaje que espero ir relatando aquí.

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