lunes, 14 de septiembre de 2009

Heridas de guerra

así es como las llamo yo, pero tranquilos, que sólo son dos chichones y un arañazo en la mejilla, recordatorio de lo bien que se lo pasa en la guardería. Y es que por lo visto no para quieto. Hoy me he fijado y la profe tiene unas ojeras peores que las nuestras y me temo que el terremoto de Javier tiene algo que ver.

Bueno, igual exagero, porque el peque todavía no tiene demasiada autonomía, vamos que tiene un radio de alcance de unos 10 metros, pero más allá sabes que no se va a ir (a no ser que vea una televisión encendida, eso le puede hacer gatear kilómetros!!). Lo que sí es cierto es que tienes que estar con 100 ojos y vigilarlo más que a sus compañeros. Primero porque no tiene noción del peligro, y segundo porque no tiene noción del peligro. Bueno, y porque todavía es un poco inestable en sus movimientos. Aunque hay que reconocer que ya domina eso de andar agarrado a las manos y andar de lado por el sillón.

Hoy también hemos estado con la directora de la escuela de atención temprana y una terapeuta para la entrevista de entrada. Hemos tenido que contar otra vez toda la historia y me han sorprendido algunos detalles que he vuelto a recordar. En realidad me han sorprendido mis sentimientos al recordarlos. Una mezcla de indignación, resignación, tristeza y algo de rabia. Aunque también de esperanza al recordar cómo se controlaron las crisis, el tiempo que lleva sin ellas y lo que ha cambiado desde entonces.

Ha habido una pregunta que me ha gustado. Nos han preguntado qué esperamos de ellos. Es complicado. Supongo que lo que he contestado es lo que en realidad espero; que nos ayuden a conocer a Javier y a vislumbrar algo de su futuro (en realidad las palabras fueron otras, pero aquí tengo tiempo para pensar y me sale más bonito).

Esta semana le ha dado por coger las cosas y dejarlas caer, lo que creo que es una primera aproximación al juego importantísima. Por otro lado parece que balbucea menos que la semana pasada y quizá fije menos la mirada... zigzag, zigzag

Bueno, que al final no he dicho nada de la boda de su tía Ara. Perfecto todo y ella guapísima como no podía ser de otro modo. Ahora están disfrutando de Vietnam, cuando vuelvan le pido las fotos del guaperas de Javier todo vestidito de blanco.

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