domingo, 31 de enero de 2010

columpios y toboganes

Este fin de semana hemos ido al parque con Javier aprovechando el sol que brillaba en Valencia (aunque en esta época y en esta ciudad, das la vuelta a una esquina y pasas de 15º a 4º, con el consiguiente resfriado). Éste encantado, claro, hay pocas cosas que le gusten más que salir a la calle y si encima es al parque con columpios, pues mucho mejor.

Y es que acaba de descubrir los columpios y es una gozada ver cómo disfruta, sobre todo en el tobogán, aunque en el columpio también le encanta montarse y, sobre todo, mirar como se balancea el niño de su lado. Lo que me sorprende es lo bien que se agarra a las cadenas, lo que me sorprende un poco menos es su tendencia a bajarse en marcha o a cruzarse en el camino del columpio de al lado sin el menor sentido del peligro ;-)

Aquí tenéis un vídeo de escasa calidad, pero que os dará una idea de lo que supone para nosotros verlo disfrutar así:



Por cierto, Javier ha conseguido lo que probablemente el 90% de los estudiantes masculinos de universidad nunca han conseguido a pesar de haber soñado con ello, y es que un grupo de estudiantes femeninas de psicología se paren en mitad del hall y digan "¿¿Javier??, ¿¿es Javier??, ¡¡sí!!, ¡¡es Javier!!, ¡¡es que es el más guapo!! ¿a qué es el más guapo?!!" Y es que estuvimos el viernes en una reunión de padres del centro de estimulación en la Universidad Católica de Valencia y pasaron unas estudiantes que han estado haciendo prácticas con Javier y, claro, eso deja huella.

domingo, 24 de enero de 2010

un año sin crisis

Parece casi mentira que haya pasado un año desde la última crisis de Javier. Hace un año y un día Javier se encogió y se extendió rítmicamente, igual que le veíamos hacer varias veces al día durante 4 meses, pero esa vez fue la última. Durante las horas, días, semanas e incluso meses siguientes seguíamos esperando que en cualquier momento empezara el siguiente espasmo; afortunadamente nunca ha llegado.

Vuelvo a tener esa extraña impresión contradictoria de que ha pasado muchísimo tiempo pero en realidad fue ayer, pero en este año han pasado muchas cosas, algunas de las cuales he ido contando en este blog. El cambio más importante respecto a entonces quizá sea que hemos pasado de una preocupación sobre lo más inmediato, que era controlar las crisis, a una preocupación más a medio plazo, que es conseguir que Javier desarrolle todo el potencial que almacena en su pequeña cabecita.

Si intento recordar cómo creía yo que iba a transcurrir este último año me encuentro con un vacío que puede significar dos cosas, o bien tengo muy mala memoria (que la tengo) o bien hace un año ni siquiera quería plantearme nada a un año vista.

Ahora sí que me resulta inevitable pensar en cómo transcurrirán los próximos meses y qué esperar para Javier, aunque no creo que sea un ejercicio conveniente. Sólo diré que me conformo con que el año que viene pueda celebrar este segundo aniversario, que Javier esté sin medicación o en vías de estarlo y, por qué no, que haya aprendido a decir "papá" y "mamá".

lunes, 18 de enero de 2010

vuelta al trabajo

Cómo veis, parece que cada vez tardo más en actualizar el blog. Hay diferentes motivos (excusas) para esta tardanza, algunos de los que más me repito es que no tengo tiempo, que llego muy cansado a casa o que no tengo mucho que contar. Otros más elaborados tienen que ver con la idea de que la mayoría de los que me leéis sois familia y os íbamos a ver en vacaciones, ya os lo cuento en persona. También uso mucho uno que dice "no tengo la moral por las nubes, mejor esperar a estar algo más animado". El caso es que se me acaban los "motivos" y creo que debo ponerme al día, que sí que hay cosas que contar.
Lo peor de retrasarse tanto es que se acumulan las cosas que contar, pero no quiero ser pesado así que voy a intentar hacer un resumen de esos que me enseñaron en el colegio:

* La última vez que escribí sobre Javier estaba dando sus primeros pasos. Ahora ya lo tiene casi dominado, aunque sigue pareciendo algo borracho al andar y todavía quiere ir más rápido de lo que sus reflejos y su equilibrio le permite.
* Consecuencia del punto anterior: llevamos más de un mes detrás de Javier para evitar que ponga la casa patas arriba o termine con más moratones de los que ya lleva...
* Hace un mes parecía que también se iba a lanzar a balbucear alguna sílaba más allá del "yayaya", pero parece que aprender a andar lo tiene muy ocupado y ha vuelto a los grititos agudos y a los sonidos guturales. Espero que cuando vaya dominando lo de andar vuelva a donde lo dejó.
* Por otro lado ha ampliado el vocabulario que logra entender. Ha pasado de sólo conocer a "mamá" a conocer el "agua", los "peces" de la ducha, las "abejitas" de su trona y creo que la "pelota". Es posible que alguna más, aunque disimula bien cuando quiere, sobre todo con el "no". Si a un niño hay que decirle 20 veces "no" para que empiece a dejar de intentar tirar la tele al suelo yo tengo la sensación de que va a ser una tarea infinita
* Definitivamente parece que su sistema inmunológico se ha normalizado. Antes era un superniño que no cogía un resfriado ni unas décimas de fiebre, pero en este último mes y medio ha cogido laringitis, otitis, un resfriado y ahora atasco intestinal... y los mocos que no paran; vamos, lo que viene siendo un niño de 20 meses en enero.
* También ha ampliado su espectro de juegos. Ya no sólo es tirar algo al suelo y perseguirlo, también ha aprendido a utilizar los botones de un par de juguetes que lanzan pelotitas y ha golpear su xilófono. Lo mejor es que de vez en cuando decide seguirnos el juego del escondite; él se ríe un montón y nosotros disfrutamos como pocas veces.

Bueno, pues no ha sido tan duro como creía. Para despedirme os dejo una foto de estas navidades cuando le pusimos su atuendo de gala y os dejo también la promesa de intentar ser más constante en mis comunicados, palabra.



Por cierto, feliz 2010 a todos.