martes, 24 de agosto de 2010

Balance de las vacaciones

Ya ha pasado un mes... parece mentira. Y el caso es que por momentos se me han llegado a hacer muy largo, pero a unas pocas horas de empezar a trabajar recuerdo las vacaciones como un suspiro. Pero han pasado muchas cosas en este "suspiro".

Empezando por Ana, hay que decir que cada día está más guapa, más simpática, más buena y más espabilada. Y no es porque sea mi hija. De verdad ;-)

Siguiendo por los papis, las vacaciones se resumen básicamente en la muñeca y las rodillas de Elena a punto de ponerse de huelga y mi espalda dando avisos día sí y día también. Es lo que tiene tirar de un chaval de 16 kg que no para quieto.

Y Javier pues bastante bien en general. Creo que el estar con nosotros tanto tiempo ha venido muy bien a su interacción y ha avanzado bastante en algunos hitos importantes. En el lado menos bueno, se ha desatado su mal genio y cada dos por tres su frustración se torna en llantos, gritos, arañazos y algún mordisco.

Haré un informe como enseñan los manuales.

Datos objetivos:

Javier anda mejor de la mano, ya no va tan desbocado y atiende cuando le llamas un porcentaje más alto de las veces. Sube y baja escaleras con apoyo en la barandilla o la pared e incluso sin apoyo los escalones bajitos. Sigue balanceándose y moviendo los brazos cuando anda como si fuera borracho. Ha aprendido a nadar con manguitos y le encanta la libertad en la piscina o el mar. También le gusta montarse a "caballito" y busca mi espalda riendo para subirse cuando se la pongo a tiro. Entiende claramente unas 15 ó 20 palabras o expresiones y, a su manera, hace el sonido del perro, la abeja y el coche cuando se lo pides. Ha aprendido a aplaudir y lo hace de vez en cuando. Se queda embobado con los cantajuegos, pero los ve sin expresión, sin bailar o sin imitar sus movimientos. Da vueltas sobre si mismo si se lo pides. Sigue sin imitar claramente y sin señalar claramente lo que quiere, aunque está empezando a hacerlo tímidamente, sobre todo cuando se trata de comida. Comenzó de nuevo a decir "bababa" y lo perdió, pero ha vuelto y ahora lo hace de manera más intencionada. No dice ninguna otra sílaba ni asiente o niega con la cabeza. Cuando se enfada o se contraria muerde y pellizca. También lo hace cuando está emocionado. No hace mucho caso al "no" cuando está así. Está aprendiendo a acariciar suave a su hermana. Bebe bastante bien de un vaso y casi llega a pinchar con el tenedor la comida. Busca más a menudo el contacto visual, aunque muchas veces lo evita de manera evidente. Tiene más interés por los juguetes y muñecos pequeños, pero no mantiene la atención en ellos más de un par de minutos. Puede meter anillas en un eje y piezas en un cubo o botellas. Sigue sin manipular demasiado bien y mete el pulgar hacia adentro. No tiene juego figurativo. Se ríe casi siempre que ve a su padre o a su madre y nos busca y le gusta estar cerca de nosotros, casi siempre.

Opinión subjetiva:


Leyendo los avances que acabo de escribir hay que reconocer que hay una evolución muy buena en estos meses. Pero también soy más consciente de las limitaciones que tiene y de lo difícil que las vaya superando. Nos ha costado casi un año que logre dar palmas, sigue sin hablar y su atención sigue siendo muy deficiente. Uniendo esto a sus problemas de coordinación y planificación y a su incapacidad de imitar hace que su aprendizaje sea muy, muy lento. Sé que debería estar más que contento con que Javier siga dando pasitos hacia adelante, de hecho lo estoy y sé muy bien la suerte que tenemos dentro de la situación que nos ha tocado. Pero cada vez es más evidente que hay trozos de la infancia de Javier que nos hemos perdido y no se van a recuperar. Me he convertido en un mirón y no puedo evitar observar a cada niño que veo y comparar con Javier, analizando si la brecha que lo separa de un niño de su edad es de un año o año y medio; si se agranda o se reduce. Incluso Ana, con sus sonrisas, sus gorgojeos y su cabeza tiesa me recuerda lo que Javier no pudo vivir.

¡¡Toma opinión subjetiva!! Bueno, tengo que desahogarme en algún sitio y que mejor que internet, que no me "ve" nadie... De todos modos, ya he comentado que esto no es fácil, que tiene sus momentos buenos y sus momentos malos y lo cierto es que un mes con Javier "full time" es agotador psicológicamente. Por otro lado, también sabemos todos que esto no es fácil de aceptar y el proceso no es inmediato si no que tiene sus tiempos. En ello estamos.

Por cierto, una vela y muchas gracias a Fray Leopoldo, que sé que le han pedido mucho para que no se le olvidara a Javier el "bababa"... ;-)