lunes, 29 de agosto de 2011

Un verano "seco"

Se acabaron las vacaciones, bueno, para mí que mañana vuelvo a trabajar. Los dos enanos todavía tienen una semana y pico antes de empezar el cole. Aunque con lo enmadrados/empadrados que están no sé yo si estos días sin vernos a todas horas lo van a llevar bien.

Antes de que me arrastre la rutina y vuelva a poder utilizarla de nuevo de excusa para no actualizar el blog me siento obligado a contar algo del verano y algunas novedades con Javier, que las hay.

La principal novedad en el desarrollo de Javier es que estamos quitando el pañal a Javier. Hace poco más de un mes, aprovechando que su hermana estaba con los abuelos y podíamos estar más pendientes, empezamos a hacer la prueba de quitarle el pañal. Con muy buen criterio, Elena retiró todas las alfombras de la casa y comenzamos el experimento llevándolo al baño cada 15 minutos y dándole todas las alegrías y algún lacasito cuando hacía pipi en su sitio. El ya sabía hacer pis y caca en el váter, pero lo que veíamos muy complicado es que se diera cuenta de que tenía que aguantar hasta que le tocara sentarse...

Pues sorprendentemente, en más o menos 15 días lo ha conseguido y aguanta bastante bien. No hemos tenido en todo el mes más que 4 ó 5 accidentes sin contar los de la primera semana. Aun no lo pide y creo que eso va a costar bastante más, pero con estar más o menos pendiente de preguntarle de vez en cuando está controlado. Ahora a ver si cuando empiece el cole lo logra mantener!

Por lo demás no hay grandes cambios. Quizá puede que en la intención comunicativa, ya que intenta imitar algunos de los sonidos y palabras. Pero no tiene mucho éxito porque le cuesta un mundo salir de los 4 o 5 fonemas que puede pronunciar.

La parte menos buena de las vacaciones es que parece que algunas fobias que tenía Javier se han acentuado. De manera brutal la fobia que tiene a que le mojen la cabeza en la ducha. Antes lloraba un poco, como una molestia que tenía que soportar, pero en vacaciones ha sido puro terror, hasta el punto de que no quería bajar a la playa porque sabía que después venía la ducha. Espero que poco a poco y en su bañera con sus juguetes podamos poco a poco controlarlo y que no vaya a más...

En cuanto al resumen de las vacaciones, han sido todo lo tranquilas que pueden ser con un niño de 3 años hiperactivo y una niña de 1 año en pleno descubrimiento del mundo. Al menos hemos contado con la inestimable ayuda de abuelos y familiares. Al final hemos conseguido un complicado equilibrio entre mantener una cierta rutina con los niños y romper esta rutina para poder desconectar algo. Creo que Ana y Javier se lo han pasado muy bien y han disfrutado de nosotros casi lo mismo que nosotros de ellos.